Vos con tu mochila a cuestas, yo con la excusa perfecta para charlar de pavadas, nos hizo un guiño san telmo, un poco de humo en el medio, y enloquecieron las miradas.
Quiso el destino que esa noche hiciera frío, y que el ruido de los coches me hiciera hablarte al oído. Y si el diablo se contenta con que dudes un instante.
Vos y yo nuestras miserias y esta noche por delante amor.
 - ¿Quién sabe?.

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